El 12 de abril del año 2000 la afición hípica venezolana amaneció con la peor noticia que podía conocer, el jinete Juan Vicente Tovar León, el multicampeón, había muerto. Para mayor tragedia, el "moreno de San José" fue victima de sus propios fantasmas, a causa de problemas personales y una gran depresión, el ídolo de multitudes se había quitado la vida. Los hijos de su pareja lo encontraron, ya fallecido, ahorcado con una bridas, aquellas que alguna vez lo acompañaron en sus hazañas, las mismas que usaba con la campeona Gelinotte.
Ningún jinete en la historia del hipismo venezolano ha generado tanta idolatría como Juan Vicente Tovar. Sus innumerables hazañas siempre serán recordadas. Sus números aún lo mantienen a las palestra de las estadísticas nacionales. Segundo mayor ganador de carreras en la historia, solo superado -recientemente- por Emisael Jaramillo (2010) con 2.492 triunfos, y 16 campeonatos consecutivos en el Hipódromo La Rinconada, por solo citar algunos números.
Juan Vicente Tovar León nació en Caracas, en la tercera calle de Los Cujicitos, casa Nº 37, en la Parroquia San José, el 24 de mayo de 1950, de origen muy humilde, por ello se le conoció siempre como el Negrito de San José.
Dio sus primeros pasos en el hipismo en la Escuela de Jinetes dirigida por Luis Monasterios, y logró graduarse en la promoción Jesús Marino Escobar. Bajo la asesoría de Guillermo González, el popular “Chatarra”, comenzó su campaña como novel de la fusta en la temporada 1974.
La yegua Soroa le brindó su primer éxito, el 2 de marzo de ese mismo año, campaña que culminó con 41 victorias, perdiendo por muy poco el título de Aprendiz del Año con el “Zancudo” Argenis Rosillo
La yegua Soroa le brindó su primer éxito, el 2 de marzo de ese mismo año, campaña que culminó con 41 victorias, perdiendo por muy poco el título de Aprendiz del Año con el “Zancudo” Argenis Rosillo
Tras una caída aparatosa del ejemplar Suapure, Tovar tuvo en riesgo su futuro como jinete, pero salvó el obstaculo y regresó por todo lo alto, ahora con José Ángel “Edificio” Torres como nuevo Secretario. Ambos concretaron, en 1976, el subcampeonato detrás del “Diablo” Ángel Francisco Parra. Al año siguiente se llevaron su primera de 16 estadísticas al hilo.
Gelinotte, la mejor.
Juan Vicente Tovar montó grandes ejemplares a lo largo de su exitosa carrera profesional; empero Gelinotte, sin duda, fue una de las mejores, con el entrenamiento del “Musiú” Millard Faris Ziadie.
En 1980 estuvieron a un paso de hilvanar una hazaña sin precedentes en el hipismo mundial, como lo era ganar las dos versiones de la Triple Corona. Sin embargo, Sweet Candy, montado por Jesús Márquez, acabó con el sueño tras vencerla por apenas 3/4 de cuerpo en el Clásico República de Venezuela.
Otra de las grandes proezas de Juan Vicente Tovar sobre los estribos fue adjudicarse la Triple Corona en 1985 con el caballo Iraquí, el hijo de Gallardo II que defendió los colores de su criadora Peggy Azqueta y que entrenó Daniel Pérez. Tovar se erigía en ese momento en el primer jinete en lograr tal hazaña, gesta que siete años después emuló el desaparecido Douglas Valiente, en 1992, con Catire Bello.
En 1986 ganó su primer Clásico Simón Bolívar sobre el sillín de Winton y un año después fue objeto de un polémico distanciamiento con el ejemplar Gallardete.
Juan Vicente Tovar es el fusta con más lauros en el Clásico Presidente de la República, al vencer en nueve ocasiones.
En 1992 colgó las botas luego de alcanzar su décima sexta estadística, para volver dos años y medio después reverdeciendo triunfos. Juan Vicente Tovar siempre llevó las bridas de la honestidad en el hipismo. Desapareció el 12 de abril de 2000, a la edad de 50 años. El pueblo venezolano lloró su partida.
Rey del Caribe en Santa Rita
Juan Vicente Tovar alcanzó la inmortalidad en 1990 cuando logró llevarse las tres carreras internacionales disputadas en el óvalo de Santa Rita. Tovar se anotó primero el Clásico Confraternidad de hembras con la yegua Mon Coquette, entrenada por Agustín Bezara. Seguidamente, se anexó con el caballo Randy, de la cuadra de Manuel Azpurua Aranda, el Clásico Confraternidad reservado a los machos. Cerró con broche de oro en el Clásico del Caribe sobre Don Fabián. (Fuente: Diario La República)
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